Y ahora que se acerca Navidad recuerdo mi viaje a Brasil durante la segunda quincena de Julio. Fue una grata estancia y volví a casa con cierta añoranza. Añoranza de unos paisajes maravillosos, de una gente afectuosa y candorosa, y de un clima fantástico. ¿Os habéis fijado alguna vez, que sentimos añoranza cuando volvemos a casa y no cuando nos marchamos?
Al menos a mí siempre me ha sucedido así. Al partir no tenía este sentimiento. Probablemente sea la certeza de que siempre vuelvo. O quizás que la raíces son tan fuertes que no puedes separarte jamás, por tanto estás segura de que volverás. O que sé que los míos, familiares y amigos, siempre están esperando mi regreso. En todo caso, cuando vuelvo suelo tener otro sentimiento, más bien una necesidad. La de saber que continuaré viajando. Si no tuviese esa certeza me ahogaría al igual que si supiese que jamás podría volver a casa. Es una mezcla de transhumancia y sedentarismo lo que siento. Puede que todavía me encuentre en un grado inferior en la escala de la evolución y no me haya desarrollado lo suficiente. O todo lo contrario y por eso necesite de ambas cosas. No obstante, siempre vuelvo. Y aunque mis estancias fuera de casa sean largas, al final siempre retorno al hogar.
¿Tendré espíritu de turrón?
JAJAJAJAJA
"Vuelve a casa, vuelve, por Navidad"
3 comentarios:
No, nena, no, tú no tienes un pelo de involucionada. Explorar el mundo y tener un punto de retorno debe estar entre las diez mejores cosas que puede ofrecer la vida.
Brasil. Un viaje que tengo pendiente desde toda la vida.
Como me gustaría viajar a Brasil, un país increíble...
Su naturaleza, su gente, su cultura, sus playas...una mezcla de cosas que lo hacen un lugar único.
Un saludo
Gianni
Si Gianni es un país increible. Por suerte este año vuelvo.
Gracias por tu visita y comentario
Saludos
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